¿Por qué preparar a un niño o niña para una Cirugía programada?

La ventaja que brinda el ingreso hospitalario por una cirugía programada es la oportunidad de contar con un tiempo previo en el que tanto la Familia como el niño o la niña pueden prepararse para esta situación. Ya de por sí la palabra “cirugía” genera cierto temor, seguido por el concepto “anestesia general”, aunque las significaciones puedan resonar diferente para cada integrante de la Familia. 


Dentro de las incertidumbres que suelen presenciar en los padres, madres y/o adultos responsables, surge un interrogante común: ¿Cuál es la mejor forma de preparar a los pequeños y pequeñas para transitar esta nueva situación que puede suponer una importante fuente de estrés y ansiedad para todos? 

Y aquí reside la propuesta central: ¿cómo impedir que este tiempo de espera previo sea un período de incubación de miedos y de incremento de la ansiedad y reemplazarlo por preparación y elaboración, para llegar de la mejor manera posible al día de la Cirugía?

 

Temores más frecuentes:

En padres, madres y/o adultos responsables 🡪 riesgos asociados a la enfermedad y con su pronóstico, la anestesia general, y el interrogante si van a saber ayudar y acompañar a su hijo a estar lo mejor posible. 

En niños y niñas 🡪 miedo a ser separados de sus padres, el miedo al dolor y a los pinchazos, miedo al entorno poco familiar.

Existen tres razones fundamentales para conceder importancia y esfuerzos a la preparación de niños y niñas para el ingreso en un Hospital:

  • La ansiedad de los adultos e hijos/hijas se retroalimenta: cuanto más asustado está el niño o niña, más estrés experimentarán sus padres y madres. Y cuanto más estresados estén padres y madres, más temores y estrés experimentará el niño o niña. 
  • El estrés y la ansiedad no sólo tienen efectos sobre la experiencia en el hospital, sino que inciden también en la recuperación de los niños y niñas, en sus sistemas inmunológicos y, en casos extremos, pueden generar incluso secuelas conductuales y emocionales tras el alta.
  • Para los niños y niñas, cada suceso que rompe la rutina diaria supone un aprendizaje. En este caso, una cirugía y una hospitalización temprana moldearán de forma importante sus posteriores experiencias similares. Ofrecerle a tu hijo o hija un buen ejemplo para transitar esta situación es, una importante inversión a futuro. 

 

¿Cuál es la mejor forma de hacerlo?

Independientemente de la edad del niño o niña, hay una regla básica tanto para procedimientos ambulatorios como para cirugías más complejas: estar abiertos a sus preguntas y temores y ser muy honestos en las respuestas. 

Para transitar mejor el estrés y poder regular sus emociones, los niños y niñas de todas las edades necesitan tener unas nociones básicas, adaptadas a su edad, sobre los siguientes aspectos:

  • ¿Qué les van a hacer y por qué?
  • Cómo se pueden sentir antes, durante y después de la cirugía.
  • ¿Qué está ocurriendo ahora mismo y cuál es el siguiente paso?
  • Si van o no a estar acompañados por sus cuidadores principales.

Lo importante es anticipar estas preguntas y responderlas de forma eficaz y con tranquilidad. 

Preguntas para consultar a los Profesionales de la Salud antes de hablar con tu hijo o hija:

  1. ¿En qué situaciones podrás estar con tu hijo y en cuáles no?
  2. ¿Podrá tener su juguete o peluche preferido todo el tiempo?
  3. ¿Quién y cómo irán a Quirófano?
  4. ¿Cuándo se despertará de la anestesia y quién estará a su lado cuando ocurra?
  5. ¿Cómo será la habitación en la que estará antes y después de la cirugía?
  6. ¿Podrá recibir visitas?
  7. ¿Qué podrá comer luego de la cirugía?
  8. ¿Cuánto tiempo durará el ayuno previo a la cirugía?

El mundo de los niños y niñas es más concreto que el de los adultos y, por lo tanto, las preguntas son más concretas. Sólo cuando estés seguro de tener todas estas respuestas, estarás bien preparado para hablar con tu hijo o hija. 

Explicar el problema de salud que requiere la Cirugía

El niño o niña no suele querer ir al hospital. Es un lugar desconocido y lo que allí van a hacerle puede resultar amenazante. Además, si tiene más de 3 ó 4 años, habrá oído a los adultos o a otros niños o niñas hablar del hospital y no habrá llegado a la conclusión de que es un lugar divertido. 

Por tantoes crucial que tu hijo o hija pueda entender que tiene un problema de salud que va a ser solucionado en el hospital. En otras palabras, debe de comprender que ni la cirugía, ni los médicos (o personal sanitario) ni el hospital son el problema, sino que forman parte de la solución. Estará allí para que le ayuden. 

Algunas recomendaciones:

Describe el problema de salud con palabras sencillas, que no sean técnicas. 

Es importante no usar palabras que puedan resultar alarmantes tales como: te van a hacer un corte o te van a coser. 

Asegura a tu hijo o hija que le van a solucionar el problema tal como se lo solucionan a otros niños o niñas. 

Sólo si quiere saber más detalles o tiene más preguntas, ofrécele las respuestas que sean comprensibles a su edad. No vayas mucho más allá de lo que el niño ha preguntado, sino invítalo a hacer más preguntas. 

No le mientas ni le prometas cosas que no vas a poder cumplir.
Si ante una pregunta no sabes la respuesta, dile simplemente que no lo sabes.

 

Describir qué va a suceder y en qué orden ocurrirá

 

Para tu hijo o hija es de vital importancia estar siempre orientado en lo que ocurre a cada momento. Si se trata de un niño o niña menor de 6 años, bastará con explicar qué está pasando en el presente y cuál será el siguiente paso. Si es un niño de edad superior, querrá saber a grandes rasgos cuáles son las fases por las que va a pasar y luego le ayudarás a situarse en cada paso para saber qué le van a hacer ahora mismo y que le espera después.

Por ejemplo: 

  • A un niño o niña de 3 años, le podemos explicar que ahora salimos de casa hacia el hospital y que cuando lleguemos allí nos enseñarán la habitación dónde vamos a vivir los próximos días (es importante el plural: vamos a vivir nosotros junto a él). Una vez en la habitación, le podemos recordar que hemos venido al hospital a solucionar el problema, que ésta es nuestra habitación para los próximos días y que ahora vendrán a conocerle las enfermeras de la planta que, previamente, le hemos enseñado camino a la habitación. Y así sucesivamente.
  • A un niño o niña de más de 6 años, le habremos explicado que venimos a estar 4 días en el hospital para solventar su problema, que primero nos enseñarán la habitación en la que vamos a estar esos 4 días, luego le vendrán a conocer y preparar las enfermeras, después tendrá lugar la intervención y finalmente volverá a la habitación dónde estaremos juntos hasta que el médico nos deje volver a casa. Y en cada nueva fase le situaremos dentro de esa secuencia temporal: ¿te acuerdas que hemos venido al hospital para que te ayuden con el problema de tal? ¿Y que nos dieron la habitación en la que vamos a vivir estos días? ¿Te acuerdas de que viene ahora? ¡Sí! Ahora vendrán las enfermeras…

 

Ayudar a gestionar miedos y ansiedad

Algunos niños o niñas tienen básicamente dos temores en relación a su estancia en el hospital: 

  1. Sufrir dolor
  2. Estar solos durante su hospitalización.

Anticípate a estos miedos. 

En primer lugar ayuda a tu hijo o hija a entender que esos miedos son naturales y que también los adultos a menudo tenemos miedo en esas situaciones, principalmente porque nos son desconocidas.  

Formas de explicar con honestidad:

  • “No puedo asegurarte que no tendrás dolor, pero sí puedo decirte que los médicos y las enfermeras estarán atentos y te ayudarán para que no sientas dolor.”
  • “No puedo asegurarte que estemos siempre juntos, pero sí me comprometo a estar contigo cuando despiertes o cuando llegues a la habitación.”

 

Preparar la vuelta a casa

Al igual que hemos preparado el ingreso al Hospital, se recomienda preparar el alta. Toda la Familia estará deseosa de regresar al hogar, pero es importante anticipar que los primeros día quizá no pueda hacer un vida normal. Si es necesario un reposo post cirugía, tomar una medicación, o someterse a unas curas es importante explicarlo antes para evitar que se sorprenda y piense que ha enfermado de nuevo, que no le han curado o que algo va mal. 

¿Cómo valorar los principales temores de los niños y niñas y con cuánto tiempo de anticipación conviene prepararlos?

La respuesta dependerá de la edad del niño, su capacidad de comprensión de la situación, la enfermedad concreta y la personalidad del niño.

Edad

Principales fuentes de estrés

Tiempo de anticipación para prepararse

De 0 a 1 año

 

Aunque tu hijo o hija no va a poder comprender aún las explicaciones verbales, no dejes de hablarle y de explicarle todo cuanto sucede. Las verbalizaciones te tranquilizarán y tu voz relajará al bebé. A esta edad no es necesario que lo hagas con días de antelación. 

De 1 a 3 años

Separación de los padres. Pueden incluso albergar fantasías de ser abandonados en el hospital. Intenta pasar el máximo tiempo posible junto a tu hijo o hija. Actúa de forma habitual, sin sobreprotegerle ni infantilizarle. Dile muy a menudo que estás con él o ella. Háblale y explícale lo que están haciendo, aun sabiendo que no entenderá todas las explicaciones. Refuerza el contacto corporal. Trae de casa algún objeto familiar de referencia para el niño o niña. Posiblemente ese objeto podrá acompañarle también en situaciones en las que no puedas estar, siempre que sea autorizado por el personal médico.

A estas edades ya entienden bastante nuestro lenguaje, pero no tienen aún un marco temporal. Por tanto, comienza a hablarle 1 ó 2 días antes de la cirugía. Anímalo a elegir un objeto de casa que podrá llevarse al hospital y acompaña cada paso de una breve y sencilla explicación.

De 3 a 5 años

Separación de los padres y miedo al dolor durante y después de la cirugía. Pueden aparecer los temores y la ansiedad ante las agujas y los aparatos desconocidos (radiografías, ecografías, etc.). Normaliza los miedos de tu hijo, pero trata de desactivarlos: explícale que durante la cirugía estará como dormido, porque un médico especialmente entrenado (el anestesiólogo) se dedicará sólo a esto. Hará que no oiga nada, que no vea nada, que no tenga dolor y luego, cuando el otro médico, el que le ayuda a solventar el problema (cirujano) acabe, este médico hará que se despierte despacio y que no le duela nada. 

Dirige la mayoría de las respuestas a la idea central: tanto la cirugía como la hospitalización van a ayudar a resolver el problema que es necesario solucionar para que se sienta mejor. 

Avisa a tu hijo o hija entre 3 y 4 días antes del ingreso. Explícale con palabras sencillas y frases cortas por qué tiene que ir al hospital y qué es lo que va a ver allí. Asegúrale que vas a estar con él o ella la mayor parte del tiempo, pero con honestidad (no hacer promesas que luego no podamos cumplir). A esta edad, resulta de gran ayuda el juego simbólico por ejemplo con juguetes que simulen la acción de los médicos: tomarle la temperatura a su muñeco preferido, darle medicación. El juego de rol es una excelente forma de preparar a los niños y niñas de esta edad. De la misma forma, será muy útil tras el regreso a casa para que pueda expresar cómo ha vivido su experiencia. 

De 6 a 12 años

El miedo a la separación aquí disminuye bastante o al menos es más sencillo calmar. Aumenta el miedo al dolor, a la anestesia (a no despertar tras ella) y a sufrir secuelas físicas visibles tras la intervención. 

También pueden mostrar temor ante el hecho de que les vean desnudos o tengan que manipular sus genitales.

Intenta dar explicaciones clara y racionales: que durante la cirugía, el médico anestesiólogo le dará unos medicamentos para que no sienta dolor y para que descanse mientras el médico cirujano arregla el problema. Cuando todo acabe, le despertarán y todo habrá pasado. A esta edad es muy importante resaltar que después de la intervención se va a despertar y que es imposible que se despierte durante el procedimiento.  

En relación a la desnudez, aclararle que junto al padre y madre, los médicos son los únicos que pueden examinarle y tocarle cuando esté desnudo y que en caso de suceder le explicarán antes el motivo. 

A esta edad ya tienen referencias temporales. Por tanto, el tiempo óptimo para iniciar la preparación será una o dos semanas antes de la fecha programada. Ya no sólo les preocupa lo que va a suceder en el hospital, sino también si en la escuela van a saber lo que les ocurre, si van a poder tener visitas y cuánto tiempo van a estar ingresados. Trata de ser realista en las respuestas y usa material gráfico para apoyar las explicaciones: un calendario, alguna imagen de un libro sobre el cuerpo humano, etc.

 

Fuentes: